Seguimos con la siguiente tarea,
leyendo y viendo materiales que nos introducen en la pregunta qué es ciencia.
Entre las entradas que he podido ver me ha gustado especialmente el video de
Laura Snyder sobre “The philosophical breakfast club”, contándonos cómo cuatro
científicos o filósofos naturales del siglo XIX revolucionaron el mundo de la
ciencia desde sus ideales y sus métodos, fijando las bases de lo que hoy
conocemos como ciencia. Viendo a estos personajes y sus logros pienso en lo que
hablamos en la primera clase: ¿por qué no hablamos de ciencia o no nos
consideramos científicos? Viendo y admirando a Whewell y compañía, los reconocemos
fácilmente como científicos, pero se hace un poco difícil identificarnos con
ellos, y no solo por vivir en el siglo XIX. Tal vez si hiciéramos un club de
desayunos filosóficos…
Casi al final del video se
resalta una consecuencia en parte negativa pero interesante de ese proceso revolucionario
de profesionalización de la ciencia: una vez que los científicos se hacen
miembros de una sociedad profesional son lentamente aislados del resto del
mundo. Nos recuerdan lo que dijo Darwin: “A veces pienso que las publicaciones
generales y populares son casi tan importantes para el progreso de la ciencia
como la obra original”. Una de las preocupaciones de aquellos nuevos
científicos fue poner la ciencia al servicio de la sociedad, y no solo del
beneficio personal o de los poderes. Todo esto me lleva a reflexionar sobre dos
cosas.
La primera es la importancia de
la divulgación científica, para expandir el conocimiento y que éste nos lleve a
sociedades más avanzadas y a la vez más motivadas y preparadas para seguir haciéndolo
en el futuro. Me suele llamar la atención la dificultad de los medios de
comunicación para informar al público general sobre noticias relacionadas con
el ámbito en el que trabajo (la salud y los medicamentos). En muchas ocasiones no
se explica bien el contexto, la información está sesgada, malinterpretada, o
destacan datos anecdóticos en lugar de reflejar las conclusiones más
importantes. No es tan difícil – pienso-. Luego intento explicar a gente
cercana a qué me dedico y cambio de opinión. A lo mejor sí que es difícil… Puede
ser difícil explicar en qué consiste una investigación, pero más aún que esto
le interese a alguien. Y esto me lleva al segundo punto de reflexión.
Si es importante que la ciencia
esté al servicio de la sociedad supongo que habrá que pensar qué es lo que
nosotros vamos a aportar. Para qué va a servir, qué puede implicar, en qué se
podrá aplicar o qué campos nos va a abrir. Aunque hay muchos ámbitos de trabajo
diferentes esto es algo que no deberíamos perder de vista de una forma u otra.
Por tanto hagamos cosas que importen y aprendamos también a comunicarlas.